ZP entregó su legislatura a un objetivo principal: conseguir la paz y optar al Nobel, ser recordado por generaciones futuras como el hombre que consiguió erradicar el terrorismo en España.
Pero algo no pasó por su cabeza: ¿a cambio de qué?, ¿cuál sería el precio de la negociación?
En el camino fue dejando semillitas: el PCTV, ANV, las críticas a la AVT, los guiños a los hombre de paz, los topes colocados a Policía y Guardia Civil, la actuación de la Fiscalía... Pero el perro que comía de su mano creció y necesitó más alimento: Navarra, libertad de "presos políticos", la soberanía de las Vascongadas... Y el "colegueo" acabó de golpe y porrazo.
El accidente de la T4, y el casual encuentro de Centeno y Trapero con los asesinos, ha despertado a ZP de su sueño de grandeza.
Los animales etarras han vuelto a matar y España clama contra la miserable actitud del ejecutivo durante estos años.
Las voces de la ciudadanía piden un regreso sin excusas al Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo.
Quién siembra vientos...
Paz Digital, 04-12-2007
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