La Iglesia Católica, después de años a la deriva, ha mostrado con un mensaje firme y claro, que pese a desvaríos varios (ejemplo claro en las Vascongadas) es más responsabe de lo que la inmensa mayoría pensaba.
Los socialistas se llevan las manos a la cabeza ante la concentración del pasado 30 de diciembre. Son duras las declaraciones, satanizando tal acto y las opiniones allí vertidas. Amparándose en el Estado de Derecho pretenden silenciar la opinión y la moral de millones de españoles.
No han faltado las muestras de solidaridad con el Ejecutivo de plataformas afines a "Z": Llamazares, asociaciones republicanas y el colectivo "canon", siempre al pie del cañón cuando son requeridos de emergencia.
Un objetivo ha quedado superado: trasladar a la calle un debate que se venía produciendo en templos (cuasi abandonados) desde hace muchos años, los matrimonios homosexuales, la total despenalización del aborto, la eutanasia...
¿Qué piensa de ésto el "capillita sociata", aventurero en el Rocío, costalero en Sevilla, o Rey Mago en la cabalgata de su pueblo?
¿Acaso un Gobierno puede deslegitimar un mensaje religioso y constitucional, sólo porque perjudique unos intereses políticos?
¿Es la Iglesia Católica el nuevo enemigo a batir por los secuaces de ZP?
Ahora sólo queda un ejercicio de responsabilidad del católico español (elector él) el próximo 9 de marzo.
¿Quedarán las cosas en su sitio?
Paz Digital, 03-01-2008
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