Pues muchos de ellos no la sienten para con el resto de ciudadanos de la piel de toro.
Es común encontrarse, en cualquier tipo de viaje organizado al extranjero, la típica pareja o grupito de catalanes que desprecian a sus convecinos españoles y no se cortan a la hora de hablar en su propio dialecto, ese en el cual parecen tener una patata dentro de la boca.
Resulta curioso comprobar el trato que recibimos los ibéricos en los países árabes: no somos ricos, no hablamos inglés ni francés y estamos en el punto de mira de AlQaeda por Al Andalus, ¿resultado?, somos un turismo de segunda división, y se nos ve a leguas .
Pero lo más interesante es el apelativo por el que nos conocen los amigos "moritos" (cariñosamente hablando): "Tú catalán, tu agarrao, tu tacaño, tu no quieres comprar".
Qué quieren que les diga, una sonrisa se escapa al oir estos comentarios, y no pueden ni imaginar la cara del catalán que recibe esas frasecitas, y es que ya saben,al fin y al cabo,"la pela es la pela".
Automaticamente, mi cerebro, jugándome malas pasadas, relacionaba conceptos: turismo-extranjero-catalán y la mueca graciosa se convertía en dolor de tripas, aparecía en mi mente Pérez Rovira coronándose de espinas cual "martir" de la hispanidad.
Si los catalanes tienen esta imagen en el extranjero, y Carod humilla a millones de fieles desde su desfachated, ¿qué beneficio turístico obtenemos los españoles de los catalanes?
Eso sí, ver un partido del Barça en el Camp Nou, rodeado de unos buenos colegas catalanes, NO TIENE PRECIO.
Viva la diversidad cultural!
Paz Digital, 05-10-2007
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