GOOD BYE LENIN!!!



La principal clave de una democracia sana se encuentra en la alternancia de partidos en el poder. Algo impensable en determinados feudos dictatoriales.

Cuando alguien se apropia de la poltrona corre el riesgo de creerse en poder de la verdad absoluta. Y más, mientras tus acólitos se dedican a dorarte la píldora noche y día y a preocuparse por tener las rodilleras preparadas para pasar a la acción en cualquier momento en el que sean requeridos. Son las reglas de esta poderosa relación de confianza. El amo y señor decide, el fiel siervo cumple con los mandatos. Curiosas  consecuencias de llevar dinero público a los bolsillos de los poseedores del boleto ganador, el carné, bien directamente por una elección democrática, bien mediante la consabida corriente eléctrica, el enchufismo.

En tales pintorescas situaciones no existe la autocrítica, ni falta que hace. El ombiguismo se convierte en el juego preferido de los que administran el poder y los de abajo, los administrados, no se atreven a levantar la cabeza. El miedo se instala en los cocos poco amueblados de aquellos que siempre se sienten en la necesidad de agradar y agradecer todas y cada una de las acciones del cacique (o cacica, Bibiana dixit) de turno, hay mucho que agradecer.

El siguiente paso es dejarlo todo bien atado, temiendo la llegada de invasores que pretendan asaltar el cortijo por la vía de las papeletas electorales. ¿Habrá sido demasiado negativo el exceso de confianza en las prietas filas del caudillo?

No os equivoquéis, no se trata de una sorpresa, la juventud, sí, la tan criticada juventud, ha hablado, y lo ha hecho de una manera clara.

Queda mucho trabajo por hacer, una vez levantadas las alfombras saldrá mucha mierda, demasiada para un cortijo tan pequeño, pero estoy convencido de que no van a faltar ganas de currar, y de que se va a poner todo sobre la mesa.

¡¡¡Mucha suerte!!!



El que quiera entender...

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