¡QUÉ VIENEN LOS COMUNISTAS!



Las negociaciones son complicadas, y más cuando los euros son el eje de la controversia. Los comunistas, ajenos al poder, estás dispuestos a ceder hasta lo inimaginable para agarrar la poltrona y no soltarla.

Gordillo, el cómico del pañuelo palestino, protesta ante la firma del inminente pacto. Mientras mantiene el puño izquierdo cerrado abre la mano derecha dentro del bolsillo de Griñán.

Izquierda Unida lo tiene decidido, Sólo necesita un tercio del poder que se reparte en la Junta de Andalucía. Es el botín mínimo y necesario para mirar hacia otro lado y compartir tareas gubernativas con el tan criticado partido de la corrupción, el paro, el per y los falsos eres. El PSOE cederá, no le queda otra si quiere mantener vivo el treintañero cortijo.

El utópico programa de los camaradas de Valderas encierra varios puntos "interesantes", en especial dos, relacionados directamente con el gasto público:

- Cuatro meses de empleo público para todos los parados.
- Y una renta básica para todas las familias andaluzas.

Haciendo un esfuerzo, resulta complicado entender que tipejos como éstos, con la que está cayendo, tengan la desvergüenza de plantear estas utopías en pleno siglo XXI. Y lo que es peor, que existan personas coherentes que les entreguen el voto.



Conclusión, o en Izquierda Unida piensan que los billetes crecen en los árboles, o tienen un serio problema neuronal...

ANDALUCÍA ES "ASÍN"




Analizar el resultado de las elecciones andaluzas en caliente suponía un trabajo de elevado riesgo neuronal.

Para quien vive en cualquiera de las ocho provincias, hacer caso a las encuestas que anunciaban una mayoría absoluta del PP resultaba un ejercicio demasiado absurdo. Tomar en serio los ridiculos e interesados vaticinios que vendían los medios de comunicación es sinónimo de total desconocimiento de una sociedad.

Los populares, empeñados en creer y crecer en la Comunidad de las Maravillas, confiaron  en exceso en la participación de sus potenciales votantes y tendrán que esperar, puede que otros treinta años, para gobernar una región acostumbrada a las subvenciones injustificadas, a los falso ERE, al PER, al despilfarro, a un paro superior al 30%, a la economía sumergida y la pandereta continua.
Arenas, quien ha dado todo para ser presidente del Ejecutivo andaluz, ha quedado relegado a graciosa polichinela en manos de Griñán y Valderas. Caduco, el gaditano espera la decisión de la ejecutiva nacional. Si no ha conseguido ganar estas elecciones, no lo hará jamás.



Guste o no, Andalucía quiere  un Gobierno progresista, y es lo que merece...