Y TODOS PERDIERON...



Los políticos, trileros especialistas en manipular datos, no han tardado en analizar los resultados y en adjudicar una brillante victoria electoral a sus respectivas formaciones.

La realidad, desde fuera, es bien distinta y arroja el rotundo fracaso de todos y cada uno de los partidos.



Arturo Mas, autoproclamado Mesías de los Países Catalanes, ha sido el principal derrotado en la jornada electoral del 25 N. CiU, lejos de acercarse a la mayoría absoluta, ha perdido en el absurdo proceso 12 escaños que muestran el absoluto ridículo de la apuesta independentista, apuesta que pretendía esconder una vergonzante trama de corrupción. La dimisión, sería el camino más honesto...

El PSC, el partido de los federados, sigue en caída libre y bate records históricos. Desde los éxitos de Maragall, los socialistas se han dejado 30 escaños en una década. Poco más hay que añadir con los datos sobre la mesa.
Lo más triste, la cara de felicidad en Ferraz tras conocer el 100% del escrutinio, ya que según encuestas internas, se esperaba un desplome aún peor. Sintomático.

ERC repite los resultados del añorado Carod Rovira, pero con  matices importantes. Con el órdago independentista de CiU, son muchos los que han optado por votar al actor principal dejando a un lado a la copia. Sumando los datos de ambos partidos en la última década, con trasvase de votos mutuo según el proceso selectivo, el resultado esconde un estancamiento que no entraba en los planes de los republicanos.

El PPC sigue creciendo, pero el crecimiento, viendo el desplome de CiU y PSC, no es suficiente. Si en Génova se tiran cohetes con estos resultados, hay un serio problema de fondo en la formación. Los resultados son mejorables y mucho, el Partido Popular no se puede conformar con ser la cuarta opción política de la región.

Ciudadanos ha experimentado una subida importante. Pero después de convertirse en la única fuerza de izquierdas que defiende el tridente Cataluña-España-Europa, el aumento se antoja corto. Esta legislatura será clave en el asentamiento de Rivera y los suyos en el parlamento.

La llegada de CUP al Parlamento es una mala noticia para la democracia. Que unos perroflautas antisistema reciban dinero de los contribuyentes refleja la putrefacción que puede llegar a afectar a una sociedad. De una manera u otra, estos personajes poco aseados y afines a los terroristas muestran el lado más vomitivo del independentismo radical.

El SI del impresentable Laporta desaparece del mapa político catalán, un resultado que no extraña a nadie.

Y UPyD, ¿qué ha pasado con UPyD señora Díez?


Con esta diversidad ideológica, el Parlamento catalán se puede convertir en una auténtica casa de putas, si es que antes no lo era...



Cuando los políticos brindan por los éxitos, esconden verdaderos fracasos electorales.

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