DEMASIADO OPIO





Acaba la semana de pasión, y el españolito de a pie vuelve a la rutina diaria. En el mejor de los casos a poner el despertador para acudir al trabajo y pensar en el fin de mes, con la hipoteca, los recibos de luz, teléfono, agua..., y a calentarse la cabeza pateando calles en busca de una oferta laboral en el peor de ellos.

En nuestro país, aprovechamos cualquier momento de esparcimiento para olvidar nuestra actual situación. En periodos festivos, las terrazas de los bares no reflejan la verdadera imagen que presentan nuestras cuentas corrientes. Sólo la cara roja de los turistas despistados nos recuerda el color de los números de nuestra economía.

Es mucho más sencillo aprovechar determinadas situaciones especiales para permitir al seso distraerse de preocupaciones y mirar para otro lado.


Pero todavía es domingo, y aún nos quedan unas horas de vacaciones, mañana tendremos tiempo de volver a la cruda realidad.



Y cada fin de semana (sin contar con las competiciones europeas y la copa del Juanca) llega el fútbol...

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