DE TREGUAS Y OTROS CUENTOS...
Desde hace un buen tiempo, y gracias al trabajo de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, faisanes chivatescos a un lado, el terror de ETA ha disminuido en cantidad y calidad, y no es fruto del azar.
Tras la convencida colaboración del estado francés, olvidadizo durante demasiados años, un pilar fundamental se ha sumado al trabajo de acoso y derribo de los terroristas vascos, la participación de la Ertzaintza en el proceso de erradicación de la plaga asesina. Durante mucho tiempo, con la permisibilidad de los Gobiernos del PNV, los terroristas camparon a sus anchas, formando parte de las instituciones (con la inestimable ayuda de Rodríguez), recibiendo ayudas multimilonarias y formando parte normalizada de la sociedad.
Las cosas han cambiado, o eso creíamos hasta hace pocas fechas. Se anuncia (aún sin bombo y platillo) la declaración de una nueva tregua (trampa, por supuesto) por parte de la banda criminal y cada día aumenta el número de voces entre los socialistas vascos que defiende la oportunidad del nuevo anuncio para permitir un acercamiento con las bases políticas de Batasuna e intentar un desarme definitivo en busca de un mal llamado proceso de paz, errónea definición cuando no existe ninguna guerra entre contendientes enfrentados.
La postura del Gobierno está clara, y es muy distinta a la expresada públicamente ante los medios de comunicación. Zapatero, endiosado por deseos de grandeza, está dispuesto a ceder sin límites ante las continuas peticiones de los nacionalistas vascos, socios necesarios en la aprobación de los próximos presupuestos generales del Estado.
El primer paso es sencillo, volver a legalizar a los radicales (nominación suave) y permitir su participación en las próximas elecciones municipales.
Alfredo Pérez Rubalcaba: "La democracia española no volverá a negociar con ETA. El diálogo con ETA está absolutamente descartado."
José Luis Rodríguez Zapatero: "No hay ninguna expectativa de negociación con ETA. Fue ETA quien frustró la esperanza de paz".
Leire Pajín Iraola: "No existe ninguna intención de diálogo. La sociedad, lo único que espera de ETA es que se disuelva y que entreguen definitivamente las armas."
María Teresa Fernández de la Vega: "Bajo ninguna condición volveremos a negociar con ETA".
¿Existe una nueva hoja de ruta?
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