Las frases célebres marcan a sus autores. Es fácil asociar, muchos años después, el contenido de unas palabras a un nombre propio. Desde las archiconocidas e históricas:
"Cogito ergo sum"
"Tierra a la vista"
"Esto es un pequeño paso para un hombre pero un gran paso para la humanidad"
A las más modernas:
"Que te meto con el mechero"
"La noche me confunde"
"Márchese Sr. González"
"Por qué no te callas"
En todas, colocamos un rostro (a veces imaginario) al personaje que la pronunció.
Una frase de máxima actualidad, no sólo marcará a su autor, simo que quedará para la historia por su trascendencia política:
"No dialogaremos hasta que haya ‘signos inequívocos’ de ‘ausencia definitiva, permanente, de violencia’ por parte de la organización terrorista".
Con ella, su creador mintió a la ciudadanía y sometió una nación a los intereses de una banda terrorista asesina.
Ojalá y la historia ponga esta máxima y a su progenitor en su sitio.
Paz Digital, 18-01-2008
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