LA VIEJA CARTA MAGNA



Hasta hace apenas unas horas, los españoles andábamos de celebración, el cumpleaños de la joven Carta Magna de 1978.

Y pocas veces ha estado tan en entredicho el contenido de determinados artículos de la Constitución, y no me refiero a la sucesión de la Corona, ni a la cadena perpetua y mucho menos a la unificación de Navarra y el País Vasco.

Voy más allá, y me dirijo a la responsabilida de nuestros cargos públicos.

Zapatero y sus acólitos nos dejan un escenario español inimaginable hace apenas siete años. Bien es cierto que la crisis económica asola a un buen número de países europeos, pero también lo es que sus representantes, jamás negaron los problemas y no malgastaron (hasta el última día) el dinero que guardábamos en nuestras arcas.

¿No es necesaria una reforma constitucional para pedir responsabilidades a los culpables de la más nefasta gestión que haya padecido jamás esta nación?

¿Es legal que tipejas y tipejos (en plan discurso sociata) como Pajín, Aído, Blanco... cobren una pensión de manera vitalicia procedente de los impuestos de los españoles?

¿Sabe usted quién paga los platos rotos por estos ineptos cocineros?

¿Qué le ocurriría a usted en su trabajo si no cumple con los cometidos asignados?



Nuestra joven Constitución, tan acomplejada y vieja...

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