- 6 de Marzo de 2008. Son las 6.30 de la mañana y suena el maldito despertador. Pongo algo de rock tempranero para despabilarme. Mientras se hace el café me doy una ducha rápida.
Bajo a la calle y cojo el coche, conecto la radio, aún me quedan unos minutos para llegar al trabajo. Una noticia me sobresalta, explosiones en Barcelona. Por ahora, y prudentemente, se esperan más datos.
Un sudor frío recorre mi cuerpo, miro mis brazos mientras conduzco. Sigo atento a la carretera sin quitar mis sentidos del noticiario. Todo es muy confuso.
Llego a la oficina, mis compañeros están pálidos, el silencio es sepulcral, todo el mundo permanene atento a cualquier medio de comunicación presente, radio, televisión e internet.
Me dirijo a mi escritorio, paso la mañana asustado, no llego a asimilar la información que se va contrastando. Unos 200 muertos en diferentes estaciones de cercanías, miles de heridos, daños materiales incalculables. Según fuentes policiales, todo apunta a un grupo radical islamista.
- 7M, el ambiente en el trabajo es horroroso, caras largas, nadie se atreve a comentar nada, el dolor flota en el ambiente. Al Qaeda no saca ningún comunicado pero los especialistas mantienen la tesis del día anterior. El día es largo y pesado. 22.30, comparecencia del Ministro de Interior, se abre una segunda vía de investigación, la banda terrorista ETA puede encontrarse detrás de la masacre. España se acuesta angustiada.
- 8M, el amanecer de la jornada de reflexión nos deja cientos de pistas que apuntan a los terroristas vascos. Representantes del partido en la oposición rompen el silencio, "merecemos un Gobierno que no mienta". Los medios afines cubren las espaldas de los responsables policiales y acusan al Ejecutivo de mentir a la población. A lo largo del día son acosadas sedes y candidatos. A la voz de ¡¡¡"asesinos"!!!, mulititudes descontroladas siembran el pánico.
- 9M, la jornada electoral se desarrolla sin incidentes importantes. Los resultados no son los esperados. Un trágico atentado ha cambiado el signo de las encuestas y lleva a la Moncloa al líder de la oposición.
El trabajo está hecho, políticos, periodistas y ciudadanos exaltados han completado la tarea comenzada por los terroristas.
¿Imaginan ustedes una situación así?
¿Son similares las dos Españas?
Cruzo los dedos y espero que jamás volvamos a vivir semajante desgracia.
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