En este país, repleto de acomplejados, sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena.
La sociedad reacciona, siempre en caliente, cuando las desgracias personales tocan el lado más humano. José Bretón y la cruel desaparición de sus hijos hace unos meses y el secuestrador que ha matado a un bebé de 16 meses y lo ha tirado a una balsa representan el ejemplo perfecto, sin entrar en otros casos también recientes que han calado de lleno en la sociedad.
La ley española es demasiado garantista, y eso lo saben los jueces (incluidos los impresentables de Jueces para la Democracia, más preocupados por la vida del verdugo que por la de la víctima) y juristas profesionales. La legislación Penal y Penitenciaria necesita una profunda remodelación que permita anteponer el castigo a la inexistente reinserción protegida por la carca Constitución Española.
Creo que nadie se puede sentir capacitado para ejecutar una condena de muerte en un país democrático del Siglo XXI, pero estos malnacidos necesitan que el castigo de la Justicia caiga sobre su espalda por el resto de sus vidas, sin privilegios o condiciones.
¡¡¡Reforma legislativa ya, CADENA PERPETUA Y TRABAJOS FORZADOS para estos hijos de puta hasta el fin de sus días!!!
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