Cuentan en los mentideros políticos que cuando un político de prestigio llega al borde de la jubilación, encuentra en Europa el acomodo perfecto para preparar una retirada millonaria de la manera más plácida posible.
Joaquín Almunia, conocido en España por sus espectaculares fracasos ministeriales, ha resultado ser un hombre fiel al partido, a su partido.
Desde su cargo, como Vicepresidente y comisario europeo de la Competencia, el vasco ha adoptado a la perfección el papel para el que fue nombrado, chivato de los medios progres encargado de arrojar toda la mierda posible sobre el Gobierno de Rajoy.
Sus filtraciones y comentarios son interesados, y nada tienen que ver con la avanzada edad del socialista. Desconocedor de la materia, ha optado por acribillar los intereses de una nación a la que odia desde que fue ridiculizado por los electores en el año 2000.
En el PP, descontentos con la deslealtad de Comisario, siguen son enterarse de la verdadera intención de todos y cada uno de los miembros del PSOE, allanar el camino para la vuelta a la poltrona del candidato Rubalcaba.
Y yo me pregunto, si Almunia llegó a Europa en el año 2004, ¿qué coño estuvo haciendo mientras sus compañeros de partido malgastaban nuestros pocos ahorros y contribuían a la explosión de la burbuja financiera?
Rubalcaba tenía la respuesta: "la banca española está bien supervisada"