Con Z de Zarrías.
Cubrir la espalda al líder socialista de turno es algo demasiado común entre el PSOE español. Mientras Vera y Barrionuevo conocían de primera mano el lado más profundo de Instituciones Penitenciarias, el portavoz Rubalcaba, cada día más cercano a su magistral imitación de José Mota, sigue intentando controlar la poltrona de su partido y Felipe González, senil, se dedica al cultivo de bonsáis y a la elaboración de joyas.
En Andalucía, con el caso ERE, que cada día nos sorprende con una nueva noticia, pasa algo similar. Mientras los Directores Generales se pringan, los verdaderos culpables del mayor fraude de la historia de la democracia española se marcharán de rositas, por mucho que Guerrero se empeñe en inculparlos.
Vigilantes, los históricos Chaves y Griñán, siguen mirando a la izquierda...
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