... pero sólo la justa, y que sea la mía, por supuesto.
Los medios de comunicación progres, molestos por la llegada del Papa a tierras españolas y asustados por la claridad de ideas, no han dudado en recriminar al Pontífice por su defensa de la familia tradicional, el acercamiento entre fe y laicidad y su lucha contra el feroz anticlericalismo que sufre la sociedad de principios del Siglo XXI, cercana a la que vivimos en la década de los viejos y rancios años 30.
En la nación de las "extraordinarias conquistas sociales", la Ley del Aborto y los matrimonios entre homosexuales, sienta mal escuchar un mensaje que difiera con la línea marcada por los idearios socialistas.
Rubalcaba, Presidente en funciones del Gobierno español (Zapatero sigue empeñado en emprender viaje de huida a ninguna parte), ha criticado la poca diplomacia del Pontífice, dentro de una visita satisfactoria que refleja las buenas relaciones con el Estado Vaticano.
Con un poco de suerte, Rodríguez ya prepara otro rato de oración con Obama.
Fariseos...
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