En el país de los complejos, en el que se monta el pollo por la crítica de la sociedad a un grupo de titiriteros subvencionados por usar una gala de cine para hacer política, un club deportivo decide no contratar a un entrenador porque abiertamente reconoce que es ESPAÑOL, y los progres, en su línea, desaparecen, aún dolidos con las públicas declaraciones del exjugador: "Si hay gente que vive en España, que es catalán o vasco, y no se siente español, se tiene que joder, porque ha nacido en España".
El Club es el Celta de Vigo, movido por presiones de diversos sectores de animación del club, "Los Celtarras" principalmente, y el Jugador, Salva Ballesta.
Para recordar la catadura moral de los hinchas gallegos (y de aquellos que han secundado su postura cobardemente, y que les permiten manchar un estadio de fútbol con su presencia, semana tras semana), basta con recordar un ilustrativo vídeo:
"Salva Ballesta, tiro en la testa"
"ETA mátalo"
Sobre las declaraciones de Fernando Vázquez, filósofo, bufón y progreta metido a entrenador de fútbol, poco hay que añadir conociendo la trayectoria del personaje.
Recordar por último la coherente y solidaria postura de Abel Resino, quien no ha dudado en aceptar el cargo después del desplante de los dirigentes gallegos.
#YOESTOYCONSALVA
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