Ver a Pepiño convertido en uno de los hombres fuertes del Gobierno de España provoca esperanza. Y lo hace en todos y cada uno de los que han padecido la nefasta labor del tipejo del "conceto".
Blanco es un personaje muy limitado en conocimientos y habilidades. Si alguien como el gallego ha sido capaz de manejar los hilos del PSOE, de desarrollar la "ingente" labor de una cartera ministerial y de, por si fuera poco lo anterior, divertir a la ciudadanía con esa media lengua, reflejo del relleno neuronal de su cerebro, cualquier español está capacitado para ostentar el cargo y engordar su cuenta corriente de manera vitalicia.
En el profesionalismo político socialista sólo es necesario presentar tres puntos ampliamente desarrollados en el curriculum vitae del candidato: amplias tragaderas, carné del partido y un buen padrino. El resultado es el esperado, los pajines, bibianos, pepiños... han colocado a España en la peor situación imaginable. Por el camino han dejado ayudas y subvenciones a amigos cineastas y sindicalistas, malgasto y mentiras, reuniones secretas en gasolineras, compadreos con miembros y miembras y una situación económica catastrófica. Todo fruto de una pésima administración por los peores gestores posibles, los mediocres enchufados del puño y la rosa..
Mientras tanto, pagaremos todos los mortales y pasarán muchos años hasta que la situación vuelva a la normalidad.
Vete a Alemania Pepe, no te echaremos de menos.
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