En la liga de las Estrellas, (repleta de guapos, ricos y grandes jugadores), conseguir un punto es más complicado que hacerlo de un médico en la España rural de no hace muchos años.
El Villarreal, (el peor que he visto en muchos años) se presentaba en los Cármenes con sólo un punto en su casillero. Humillado por el Barcelona en liga, y por el Bayern en Champions, había conseguido un sólo punto ante el discutido equipo de Marcelino. La primera parte de los hombres de Garrido despedía un tufo a huelga encubierta. Cuentan los mentideros furgoleros que cuando una plantilla anda incómoda con un técnico, baja los brazos en espera de la destitución, y hoy, por nombres en el campo, el submarino amarillo ha dejado mucho que desear en los primeros 45 minutos.
En la segunda mitad la actitud ha cambiado. La entrada de Camuñas, De Guzman y Nilmar (especialmente la del tercero) ha dotado al equipo de Mercadona de chispa. Pepe Rossi, hoy una sombra del jugador que ha maravillado al futbol español, ha lanzado al palo un penalti en la ocasión más clara del Villarreal.
El Granada, en plena pretemporada, ha mejorado considerablemente su imagen en relación a los dos primeros partidos de liga. Los hombres de Fabri, serios y cumpliendo con las órdenes del sancionado entrenador, han merecido la victoria en una trabajada y calurosa tarde. Especialmente positivo ha resultado ver la vuelta de Geijo al terreno de juego de los Cármenes.
Son sólo los tres primeros...
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