Vivimos sin respiro, unos trabajando 25 horas al día y los otros poniendo todas las trabas imaginables.
Los medios progres y todos aquellos que los siguen, muy fieles, critican la gestión de un Gobierno que acaba de comenzar a trabajar. Y lo hacen, torticeramente, desde el momento en el que Rajoy hizo públicos los nombramientos. Hablar de los encargados de dirigir la gestión de los departamentos, después de padecer a los pajines, aídos, blancos... suena a chiste de humorista barato.
La situación heredada es lamentable, aunque los datos no han salido a la luz, el agujero encontrado en las arcas nacionales supera al descubierto en las comunidades anteriormente gobernadas por el PSOE.
Se anuncia esfuerzo, toca apretarse el cinturón, si es que aún se puede.
Muchos españoles confiamos en la capacidad de los populares, otros, sueñan con la debacle absoluta de un país al que odian, al que siempre han odiado. Estos últimos, la gran mayoría, socialistas, comunistas y upeyderos, merecen vivir en una nación gobernada por Zapatero, por los siglos de los siglos...
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